SOLEDAD
Muchas
veces he pensado hacer un pacto con la soledad, un pacto que me imponga no
pensar para no mencionar tu nombre, lo que mi soledad no sabe es que cuando
ella duerme yo te nombro a gritos, mi cuerpo reclama el tuyo, mi boca busca
desesperadamente tu boca…
Se
que no volveré a amar a nadie como a ti, prendiste mi corazón y te aseguraste de que nadie pudiera llegar
hasta él, pero yo no tengo ni tan
siquiera tu sonrisa, ni tus sentencias, ni tus reproches, ni tus ganas de
vivir, yo no tengo más que tus recuerdos, maravillosos sí, pero recuerdos al
fin y al cavo.
En
estos momentos estoy muriendo de soledad, sin tener con quien hablar de mis
sentimientos, de mis desesperanzas, de mis inquietudes…
En
estos momentos mis pensamientos no me dejan vivir, me abordan con tanta
violencia que me parte el alma, ¿pero qué puedo hacer? Ni yo ni nadie elegimos
a quien querer, simplemente sucede y cuando nos percatamos de ello estamos tan
inmerso en este sentimiento, que a veces
nos da miedo perderlo, porque en el fondo, aunque no sea correspondido, es lo que nos hace estar vivos, nos hace soñar
con algo que podría ser, que podría suceder.
Duele
esta soledad, pero más duele cuando no podemos, ni tan siquiera expresarla, no
podemos y se torna más amarga, sin consuelo, pasamos las horas, los días,
buscando un momento para poder soltar un suspiro que nos alivie, que nos ayude
a tragar el llanto de dolor que nos oprime.
Solo
necesito compartir, pero ¿por qué tanto silencio? Yo corro y corro y siempre está
junto a mí, es mi soledad, no entiende que no quiero su presencia, estando a mi
lado siento frio, siento un profundo vacio. No vengas más a mí, me vas a
destruir, huyo con todas mis fuerzas de ti, pero eres tan rápida que me tocas
sin piedad, no sigas martirizando más mi corazón. Déjame vivir para que otro
amor pueda entrar en mí, para poder intentar ser feliz. Quiero volver a sentir
dulzura, ternura, pasión, sin amarguras. Quiero volver a ver unos ojos que me
miren fijamente, que no esconda su mirada limpia, una boca excitante, unas
manos cálidas, oír unas palabras que salgan del corazón.
Marzo 2011